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Photo by Nathan Dumlao on Unsplash.
Hoy en día estamos muy acostumbrados a consumir cualquier tipo de frutas, verduras y hortalizas durante todo el año, aunque no se correspondan con su temporada. En este tipo de consumo no solo forzamos la cosecha temprana de determinados cultivos sin respetar su estacionalidad, sino que, además, conseguimos en invierno frutas de verano. Esto es posible gracias a la importación global y el desarrollo de los métodos de conservación que llevan asociados una gran huella de carbono. Una de las maneras de reducir este impacto es consumiendo productos de temporada y de proximidad. En este post te contamos el porqué.
¿Qué ventaja tiene consumir productos de temporada?
Los productos de temporada son más beneficiosos tanto para la salud como para el planeta. Veamos algunos de sus beneficios:
Conservan todos sus nutrientes. Al cultivarse con el clima más adecuado y poder completar su ciclo natural, conservan mejor sus propiedades nutricionales. No es lo mismo comer un brócoli que ha crecido en la huerta que uno que se ha cultivado en pocos meses y que ha estado en una cámara para conservarse.
Su sabor es mucho más intenso, ya que no se recoge cuando el alimento todavía está verde o cuando madura de manera artificial. Su color, olor, textura y aroma no están alterados.
Apoyo al mercado local. Al consumir productos de temporada apoyamos a los mercados locales en lugar de consumir frutas que son importadas del otro lado del mundo. Es una manera de potenciar la actividad de las pequeñas explotaciones familiares, lo que además genera empleo local y favorece la repoblación de zonas rurales.
Ayuda a proteger la biodiversidad frente a los monocultivos y las prácticas de la agricultura industrial. Es decir, contribuimos a que los pequeños agricultores mantengan más variedades de frutas y hortalizas, lo que conlleva a conservar la agroecología.
El precio es más económico que cuando están fuera de temporada.
Menor huella de carbono. Los productos de temporada y proximidad no requieren ser conservados en cámaras refrigeradoras ni requieren ser importados de un continente a otro. Por esta razón su producción supone muchas menos emisiones de CO₂.
Menos residuos. Comprando de temporada y local se ahorra significativamente el uso de embalaje y de plástico, ya que se elimina casi por completo el transporte y el almacenaje de los productos.
¿Cuáles son los productos de temporada de octubre?
Ahora que ya conoces los beneficios de consumir productos de temporada, ¿sabes qué comprar la próxima vez que vayas al mercado? Te damos algunas ideas:
Frutas de octubre
En octubre desaparecen muchas de las frutas que se cosechan en verano y llegan el kiwi, el caqui y el aguacate, cuyas temporadas empiezan en octubre.
Este mes puedes seguir encontrando la granada, la manzana, pera, tomate y la lima.
Verduras y hortalizas en octubre
Octubre es temporada de brócoli, alcachofas, coliflor, lechuga, berenjena, calabaza, col, cebolla, pimiento, espinaca, zanahoria, apio, remolacha, maíz, patata y acelga.
En octubre empieza la temporada del boniato cuya demanda ha ido aumentando estos últimos años y por lo que cada vez más agricultores producen.
Apuesta por los productos km 0
Si quieres ser responsable desde el punto de vista de la sostenibilidad, no basta con consumir productos de temporada. Lo ideal es elegir productos de temporada que también tengan un origen local.
Los productos Km 0, también denominados productos de proximidad son aquellos que tienen su lugar de producción y de consumo final a menos a 100 km de distancia. Además, son productos ecológicos cuyo proceso de producción y transporte se ciñe a unas normativas que garantizan que se tratan de alimentos
naturales, sin químicos ni tóxicos.
En la producción y distribución de los productos de proximidad se siguen políticas y medidas de protección medioambiental.
Eso sí, hay que tener en cuenta que es muy posible que salga más rentable en cuanto a emisiones transportar tomates desde Murcia a Europa que cultivarlos en esos otros países, dado el enorme gasto energético de reproducir en ese entorno las condiciones adecuadas. Es decir, el impacto ambiental de ese mismo producto varía según dónde se consuma.
En definitiva, si todos nos esforzamos por limitarnos a consumir productos de temporada y de proximidad conseguiremos un sistema de producción alimentario más sostenible y reduciremos su impacto medioambiental en gran medida.
Escrito por Clara Valls.