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No hay duda de que las crisis empujan la emprendeduría y en el caso de Sonia Zamora, la actual le ha servido para hacer crecer un proyecto personal basado en el reciclaje, la sostenibilidad, el arte y la naturaleza. Zamora es el alma de De oro verde: objetos de papel reciclado a los que incluye semillas y que, tras ser usados en una primera fase como tarjeta de cumpleaños, de negocios o de producto, pasan a convertirse en una bonita planta con la que cierra su ciclo de vida. Una opción zero waste, 100% artesanal y sin ningún tipo de químico.
Todo ello, en una industria, la papelera, cuyo impacto impacto ambiental es altísimo: deforestación, erosión, contaminación de tierras y agua, destrucción de hábitats naturales o extinción de especies animales. Hablamos Sonia Zamora, creadora de De oro verde.
Cuéntanos Sonia, ¿cómo nace la idea del proyecto?
Digamos que más que inspiración fue un camino. Al principio mi proyecto no estaba enfocado solo en el papel, sino que también tenía artículos de papelería respetuosos con el medioambiente. No sé cómo me vino la idea de hacer papel con semillas pero una vez lo empecé a elaborar, vi que tenía más éxito que el resto de los productos y entonces decidí enfocarme en el papel artesanal con semillas. Supongo que de ahí nace el proyecto. Siempre me ha gustado la artesanía y la naturaleza, y en este trabajo he conseguido unir ambas dos.
¿Es un proyecto personal?
Es un proyecto personal que nace del tiempo libre que me dejaba mi otro trabajo. A día de hoy, estoy en ERTE y gracias a esa circunstancia he podido enfocarme más en esta pequeña empresa. Esta situación especial me ha servido para dar el salto y desarrollar este trabajo de una forma más profesional.
¿Quién forma parte de tu equipo?
Por ahora, todo el peso del trabajo recae sobre mis hombros. Este trabajo es un poco solitario pero muy creativo.
Foto de De Oro Verde
¿Cómo produces, técnicamente, las tarjetas?
Es un proceso bastante simple. Únicamente se necesita un bastidor, un barreño, una batidora, papel, agua y semillas. La producción es totalmente artesanal y del secado se encarga el sol. Intento que en el proceso se gaste la menor cantidad de recursos posible. Para la impresión de las tarjetas utilizo una impresora normal, como las que tenemos en casa. Conocer la impresora es lo que más dolores de cabeza me dio al principio, porque no entendía los errores técnicos, pero todo es paciencia y mirarse muchos tutoriales de YouTube.
Aunque por ahora estoy haciendo solo papel blanco y gris con semillas, pronto espero incorporar papel de color con semillas hecho con pigmentos ecológicos y también quiero realizar impresión tipográfica. Se avecinan muchas novedades.
¿Qué tipo de público se os acerca?
Normalmente son empresas de productos sostenibles como la vuestra o tiendas a granel, aunque también me quiero enfocar en invitaciones para eventos. No quiero ponerme límites. Todavía queda mucho por aprender y mucho camino por andar.
Foto de De Oro Verde
Hasta el momento, ¿de qué te sientes más orgullosa del proyecto?
De lo que estoy más orgullosa es de hacer algo que realmente me gusta y gusta a las personas. Creo que al final del día es lo que me hace más feliz y lo que me hace seguir desarrollando esta idea de negocio. También estoy orgullosa de todo lo que estoy aprendiendo a nivel técnico y en gestión empresarial. Creo que todo el mundo, si tiene la oportunidad, debería desarrollar su potencial. Hoy más que nunca, gracias a los avances tecnológicos lo tenemos muy fácil.
Qué le dirías a alguien que te comenta: “No, si yo ya reciclo el papel en casa”
Me interesaría saber qué es lo que hace con el papel, quiero decir, si lo recicla él mismo o lo echa en el contenedor de reciclaje. Si fuera el primer caso, me gustaría saber si hace alguna cosa especial con el papel ya que a la hora de hacer papel si uno se pone creativo las posibilidades son infinitas.