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Copas y compresas sostenibles

28 octubre 2020

La realidad es que las cifras hablan por sí mismas. Según la OCU, una mujer usa alrededor de 15.000 tampones o compresas durante toda su vida. Teniendo en cuenta que es un producto que está compuesto casi de forma exclusiva de plástico de un solo uso, nos podemos imaginar la magnitud del problema que estos productos generan. Entonces ¿qué podemos hacer? ¿Qué alternativas tenemos?

Otras opciones más sostenbiles para la menstruación

Compresas de tela o reutilizables

Las compresas que conocemos actualmente surgieron a mediados del siglo XX. La industria del plástico buscaba nuevos formatos en los que poder aplicar su material, y la industria de productos de higiene íntima fue una de ellas. Los diseños comenzaron a incorporar polipropileno, después plásticos que permitían que las compresas se pegasen a la ropa interior, más adelante alas también de plástico, etc.

Sin embargo, a principios de este siglo, parece que se busca hacer el camino inverso. Conscientes de que las compresas son las alternativas menos sostenibles para la menstruación, muchas mujeres están volviendo a utilizar las compresas de tejido o compresas reutilizables. A pesar de que inicialmente pueden generar muchas dudas, el sistema es similar al que usaban las mujeres antes de que existieran las desechables, pero más perfeccionado, por supuesto. Se trata de compresas realizadas con distintos tejidos naturales absorbentes, que tienen alas y clips que permiten la sujeción a la ropa interior y que son muy cómodas gracias al tacto suave y agradable. Por supuesto que no llevan aditivos, ni perfumes ni ninguna sustancia química que pueda irritarnos. Tras su uso, se lavan a mano o a máquina, con jabón neutro y siempre en agua fría.

Una de las preguntas más frecuentes de las personas que nunca han utilizado las compresas de tela es si son aptas para cualquier tipo de flujo. Lo cierto es que su absorción es similar a la de una compresa desechable, así que lo único que varía es la frecuencia con la que tenemos que cambiarla.

Aunque al principio hay que hacer una inversión, y obviamente cada compresa de tela es más cara que una de celulosa, la rentabilidad es muy distinta, y supone un ahorro económico considerable.

Copa menstrual


Foto de Pixabay

Una de las alternativas sostenibles para la menstruación más novedosas y que va ganando más público cada día es la copa menstrual. Se trata de un producto de silicona, que no altera el pH vaginal y es muy respetuoso con nuestro cuerpo y con el medioambiente, que se inserta en la vagina y “recoge” el flujo menstrual. Su capacidad es de unos 30 ml, así que puede permanecer hasta 12 horas sin necesidad de vaciarla. Al extraerla, se vacía y se enjuaga con agua. Ya al terminar el periodo, se esteriliza con agua hirviendo y se guarda.

Las copas menstruales tienen talla, que suele ir en función de varios criterios. El flujo vaginal, si has tenido hijos o no, si los partos fueron vaginales o cesáreas, o tu edad entre otras cosas. Hay que tener un poco de paciencia con su uso, pero tras probar varias veces al final te acabas acostumbrando y te acaba resultando algo muy natural.

Como hemos dicho antes es una alternativa ecológica frente a productos menstruales altamente contaminantes y agresivos con el cuerpo. Con la copa menstrual se evitan infecciones, no se generan deshechos, pero además es una opción cómoda y duradera. Además, la copa también supone un ahorro considerable. Su precio medio está entre 15 y 30 euros y suele tener una vida útil de 10 años si la cuidamos bien, así que echando cuentas vemos que es una opción muy económica. De hecho, el 26% de la población femenina en edad de menstruar la elije, siendo España el país de Europa líder en ventas de copas.

Disco menstrual


Foto de Glamour Mx

Podríamos decir que el disco menstrual es un tipo de copa menstrual. De hecho, su funcionamiento es el mismo, se trata de un producto que recoge la sangre que menstruamos y que debemos vaciar. El disco menstrual es un recipiente circular que se encarga de recoger el líquido de la menstruación. Las diferencias entre ambos son pequeños matices, que en algún caso hacen que la balanza se incline hacia el disco. Su diseño es mucho más plano que el de la copa y se introduce en una zona más profunda del canal vaginal, justo debajo del cérvix. Por ello, suelen tener un borde rígido que facilita su inserción en la vagina.

Puedes tener el disco unas 12 horas, así que no necesitas cambiarlo durante el día. Para retirarlo, tocas el borde del disco y empujas hacia afuera con la punta de los dedos.

El disco tiene dos ventajas frente a la copa. Una es que suele tener una capacidad de recogida mayor que la de las copas. Y la otra es que es la opción ideal para mantener relaciones sexuales, ya que tiene un borde muy grueso que impide fugas, y se adapta muy bien a las paredes de la vagina. El disco también es una opción muy buena para casos de suelo pélvico debilitado o cuello uterino corto.

Bragas menstruales

Para todas aquellas que todavía no ven la copa o el disco como una alternativa, existen más opciones sostenibles para los días en los que menstrúan. Las bragas menstruales, a pesar de ser todavía poco conocidas, son otra opción respetuosa con el medio ambiente y con el cuerpo de la mujer. Se trata de una braguita normal, realizada con un tejido que permite la absorción del flujo menstrual, pero que no lo transfiere a la ropa. Son antibacterianas – por lo tanto, no huelen – y se secan de forma inmediata. Se pueden llevar todo el día, o toda la noche, aunque obviamente variará un poco en función del tipo de flujo de cada mujer. Su uso es tan sencillo como ponerse una braguita y ya está. Su diseño y tejido está realizado para absorber el flujo sin traspasar la tela ni al tejido de nuestra ropa.

Se lavan en la lavadora o a mano, y su vida útil ronda los dos o tres años. Las bragas menstruales tienen tres capas de diferentes tejidos, uno de ellos absorbente. Normalmente el tejido que va en contacto con la piel suele ser de algodón que es lo que recomiendan los ginecólogos.

Otros beneficios de las alternativas de higiene íntima eco


Foto de Pixabay

Hemos hablado de los problemas medio medioambientales que generan la mayoría de los productos de higiene íntima, pero lo cierto es que las alternativas que hemos comentado antes tienen otros beneficios.

A medida que el tema de la menstruación ha dejado de ser un tabú en la sociedad, se comienza a reconocer que el uso frecuente de tampones y compresas, además de no ser una práctica sostenible puede llevar asociados algunos problemas de salud. Lo cierto es que la mayoría de los tampones y compresas presentan compuestos químicos tóxicos (cloro o aditivos petroquímicos), materiales que pueden provocar alergias o reacciones en el metabolismo de las mujeres, así como perfumes, celulosa o blanqueantes.

Aunque se trata de un riesgo muy bajo, también se asocia el uso de tampones superabsorbentes al síndrome del shock tóxico. Este síndrome es causado por una toxina producida por algunos tipos de bacterias estafilococos o por estreptococos del grupo A. Es una complicación poco frecuente, pero puede ser potencialmente mortal.

Además, otro de los beneficios a tener en cuenta de las alternativas a las compresas convencionales y a los tampones es el ahorro que conllevan los productos que hemos analizado en este artículo. Si bien es cierto que la copa o el disco menstrual son inversiones a corto plazo más caras que un paquete de compresas o de támpax, la vida útil de estos productos puede llegar a los 10 o 15 años, así que el ahorro es considerable.

Es cierto que todavía falta que las mujeres se acerquen un poco más a estos productos, pero es probable que cuando lo hagan ya no regresen jamás a las alternativas tradicionales.

 

Escrito por Natalia Muro

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